Recomendación del maestro: Mi técnica para tranquilizar a niños sobreestimulados
Existen muchas técnicas disponibles para calmar a los niños. Pero mi técnica tranquilizante, dirigida especialmente a niños que están sobreestimulados o demasiado abrumados, es algo llamado “trabajo pesado”.
“Trabajo pesado” es cuando los niños empujan o jalan un objeto, o presionan o estiran una articulación del cuerpo. Piense en la resistencia corporal como una oposición lenta y constante que requiere que un niño haga un esfuerzo con sus músculos (esto se conoce como “estímulo proprioceptivo” en el léxico de la terapia ocupacional). Es útil para niños de todas las edades, y especialmente para quienes tienen dificultades del procesamiento sensorial.
En mi clase, suelo hacer que mis estudiantes realicen “lagartijas” y ejerzan fuerza contra una pared colocando sus manos sobre ella. También les doy ligas de resistencia para que las estiren. Es importante explicarles por qué lo hacemos: “Estos ejercicios los ayudan a tranquilizar sus cuerpos y aclarar sus mentes. Es una estrategia que ustedes mismos pueden usar”.
Los padres pueden emplear los ejercicios de trabajo pesado de dos maneras.
Primero, si su hijo está nervioso y molesto, ayúdelo a tranquilizarse pidiéndole que realice unos cuantos ejercicios de trabajo pesado.
Si tiene una pelota de ejercicio en casa, pídale a su hijo que coloque su vientre sobre ella y que ruede lentamente hacia adelante y hacia atrás. Haga que su hijo alce sobre su cabeza la misma pelota, estirándose como si quisiera tocar el techo. Repita lentamente los ejercicios estirándose intencionalmente.
Otra opción es hacer que su hijo realice ejercicios justo antes de empezar una tarea que requiera mantener la concentración.
Por ejemplo, antes de hacer la tarea, ofrézcale algo de merendar y pídale que juegue “Simón dice” usando actividades de trabajo pesado:
“Simón dice marcha pisando fuerte sin moverte del lugar”.
“Simón dice camina como un cangrejo” (los pies y las manos en el piso y el vientre alzado).
“Simón dice date un gran abrazo de oso”.
Un chico mayor puede que prefiera una rutina de calistenia convencional que incluya lagartijas, saltos de tijera, sentadillas y otros ejercicios. Para experimentar los beneficios del ejercicio, trate que su hijo los realice durante 5 a 15 minutos. Intente una serie de movimientos repitiendo cada uno 10 a 12 veces. Haga que descanse haciendo estiramientos lentos.
Usted puede ser muy creativo con estos ejercicios e incorporarlos en el programa diario de su hijo. Y si puede, represente gráficamente sus logros. ¡Como resultado, él estará más calmado y saludable!
—Nancy Hammill
Nancy Hammill obtuvo el premio de Educadora NLD del año 2016 otorgado por el socio fundador de Understood Learning Disabilities Association of America. Cuenta con 20 años de experiencia como maestra, especialista en alfabetización y terapeuta del aprendizaje.
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