Ahora entiendo lo que es tener TDAH
Siempre me consideré bastante buena para ponerme en los zapatos de los demás. Pero una vez que me convertí en la mamá de un niño con TDAH, empecé a cuestionármelo.
Nuestro hijo de diez años fue diagnosticado con TDAH cuando tenía 8 años. Nunca fue un niño que se estuviera moviendo o que corriera constantemente, por lo que al principio la noticia me sorprendió.
Sin embargo, sí tenía problemas para quedarse quieto por largos periodos de tiempo. Y aunque podía enfocarse durante horas cuando jugaba con bloques de construcción, rara vez permanecía sentado en la mesa a la hora de comer. Era impulsivo y arrebataba las cosas de las manos de su hermano menor. Lo disciplinábamos pero las consecuencias no parecían molestarlo ni modificar su comportamiento.
Fue el entorno escolar lo que en realidad empezó a aumentar sus problemas de atención. Tenía dificultad para permanecer atento durante las lecciones que se le enseñaban y para quedarse sentado sin moverse ni manipular objetos, al igual que sucedía en casa. Hacer la tarea escolar se convirtió en un gran problema para él (y para mí).
Después de ser diagnosticado, leí todo lo que pude acerca del TDAH. Me sorprendió saber que el TDAH afecta a muchas más personas de lo que me había imaginado. De alguna manera saber que nuestro hijo no era el único con esta condición me tranquilizó un poco.
Pero a pesar de que aprendía más, seguía teniendo dificultad para entender lo que él estaba experimentando. Perdía la paciencia cuando me parecía que ignoraba lo que le estaba diciendo. Después, me enojaba conmigo por haberme molestado con él.
De niña me encantaban los juegos de mesa y las reuniones numerosas. Pero rara vez él se interesaba en esas cosas, y en ocasiones hasta le molestaban. Eso me confundía.
Gracias a Internet y las redes sociales tuve acceso a muchos artículos y recursos útiles sobre cómo apoyar y criar a un niño con TDAH. Pero con frecuencia la cantidad de información me resultaba excesiva. Mientras más intentaba leer, más abrumada me sentía.
Había aprendido acerca del TDAH, pero seguía siendo incapaz de ponerme en los zapatos de mi hijo.
Durante una de mis noches de preocupación, estaba buscando en línea y encontré la herramienta de Understood “A través de los ojos de mi hijo”. Me gustó Understood porque era un sitio sencillo y claro, así que decidí probar la herramienta.
Seleccioné el grado escolar de mi hijo y “dificultades de atención”. La herramienta me condujo a una simulación de cómo era ser un niño con TDAH. Pasé un tiempo haciendo un sencillo juego en el que se suponía que tenía que hacer coincidir tarjetas de animales del zoológico. Pero había ruidos y distracciones que simulaban lo que se siente tener dificultades de atención.
Durante varios minutos me sentí transportada al salón de clases de un niño pequeño con TDAH que se siente frustrado. Fue evidente para mí lo difícil que es permanecer concentrado y completar tareas (incluso las más sencillas) cuando tienes TDAH.
Por primera vez entendí. Cuando parece que mi hijo no está poniendo atención, en realidad está esforzándose por atender una cosa a la vez. Muchas tareas cotidianas que parecen sencillas para mí, son increíblemente difíciles para él.
Intenté las otras simulaciones de la herramienta para ver lo que se sentía tener dificultades con las matemáticas, la lectura y la organización. Los ejercicios fueron reveladores. Estos estos niños batallan de una manera que muchos padres, incluyéndome, simplemente no entendemos.
En los meses siguientes, intenté estar más en sintonía con los obstáculos que nuestro hijo enfrenta cada día con casi todas las tareas. Lentamente, me he convertido en una madre más paciente y comprensiva. Me he sensibilizado sobre cómo nuestro hijo se beneficia de estrategias específicas. Por ejemplo, cómo lo ayuda tener más tiempo para pasar de una actividad a otra, y la importancia de seleccionar el entorno adecuado para él, ya sea para jugar o aprender.
Desearía que todos pudieran ver cómo es la vida a través de los ojos de los niños que piensan y aprenden de manera diferente. ¿No sería el mundo un lugar más acogedor si todos nos tomáramos el tiempo de intentar caminar en los zapatos de un niño? En ocasiones todo lo que se necesita es una simple simulación en línea.
Pruebe A través de los ojos de su hijo para experimentar qué se siente tener alguna diferencia en la manera de pensar y aprender. Y averigüe qué hacer si su hijo ha sido diagnosticado con TDAH recientemente.
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