Nuestra comunidad opina: Llorar en las reuniones del IEP

Las reuniones del IEP pueden ser estresantes, por decir lo menos. Cuando le preguntamos a nuestra comunidad cómo logran mantener la calma, los padres comentaron de inmediato lo sensibles que se ponen en esas reuniones, hasta el punto de llorar.

Muchos explicaron el porqué no tuvieron la necesidad de contener las lágrimas durante las reuniones. Otros dieron razones e ideas para mantener la calma.

Siga leyendo, y en la sección de comentarios agregue sus ideas o pensamientos sobre cómo controlar las emociones en las reuniones del IEP. (A continuación encontrará los comentarios publicados por los usuarios en nuestra comunidad en línea. Hemos eliminado sus nombres para mantener la confidencialidad).

¡Llorar en las reuniones del IEP es aceptable!

“No es tan solo una reunión. Es parte de su vida y la de su hijo. Cualquier cosa que se decida en esa reunión afecta a su hijo, y por supuesto todos nos emocionamos cuando nuestros hijos progresan. Tristemente, no siempre lo logran de inmediato y eso también nos genera emociones. Está bien tener sentimientos y mostrarlos”.

“Llorar ayuda a liberar emociones y es una manera de comunicar los sentimientos. Además, puede crear empatía en otras personas presentes en la reunión. Considero que ser sensible puede ayudarnos a seguir adelante y a ser un poco más objetivos”.

“Nunca se sienta inferior por ser considerado y demostrar lo que siente por sus seres amados”.

“He sido maestra de educación especial durante 24 años. Cada vez que veo a un padre emocionarse en una reunión del IEP, me indica que ese niño con el que trabajo en el salón de clases cada día, es verdaderamente amado por quien es, tanto por sus fortalezas como por sus desafíos. Me permite saber que algo debe ser revisado más detalladamente o que necesito detenerme, reflexionar y asegurarme de que nosotros, como equipo, estamos abordando las dificultades que causaron esas emociones en un padre o una madre. En ocasiones las lágrimas son de alegría, otras son de tristeza, otras de enojo y frustración. No me importa. Necesito saber qué es lo que todos tenemos que hacer para ayudar lo mejor que podemos a su hijo, y para apoyarlo a usted de la mejor manera posible”.

“Una reunión del IEP es nuestra oportunidad para decirles, gracias a la investigación que hemos realizado, qué adaptaciones deseamos para nuestro hijo. No se trata de sentarse y asentir con la cabeza aceptando cualquier cosa que implementen para la mayoría de los niños. Llore, grite, muévase, haga lo que necesite hacer para dejarles saber que usted está en la lucha”.

Ideas para intentar contener esas lágrimas

“¿Qué le parece fijar un límite de tiempo? Lleve un reloj y decida cuánto tiempo puede dedicar a llorar. Después, límpiese los ojos y déjeles saber a todos los presentes que terminó de llorar y está listo para seguir adelante”.

“Me pregunto si escuchar algo relajante antes de la reunión y repetirse cosas a uno mismo ayudan con las ganas de llorar”.

Si usted se toma el tiempo de reflexionar a solas acerca de todos los desafíos que ha enfrentado su hijo y los que ha superado, además de las dificultades que enfrenta actualmente, se estará brindando el espacio para llorar. Liberar las emociones en los momentos en que usted lo decide, puede ayudarle a abstenerse en otros momentos en los que prefiera no ponerse a llorar”.

“Sugiero enfáticamente asistir a la reunión con una agenda que usted haya desarrollado y proporcionado al equipo con al menos dos días de anticipación, o con una que haya recibido del equipo de la escuela al menos dos días antes de la reunión. Revise dicho documento y destaque las áreas importantes que necesitan discutirse. Al prepararse con antelación tendrá frente a usted algo más objetivo en que enfocarse. Esto debería ayudar a aliviar los aspectos emocionales de la reunión”.

“Me ha ayudado hablar en un grupo de apoyo acerca de las reuniones de mi hijo y de esa manera sentirme escuchada y valorada por personas que me entienden, ya que la mayoría de las veces eso no ocurre durante las reuniones en la escuela”.

“Lloro en casi todas las reuniones del IEP. Me molesta porque me hace sentir que estoy perdiendo el control. Hasta ahora, la única solución que se me ha ocurrido es llevar a mi marido a las reuniones. Él siempre permanece tranquilo y a menudo me explica las cosas de manera que las oigo, en lugar de solo escuchar: ‘Su hijo es deficiente’. Él también ha validado mis sentimientos durante las reuniones, lo cual me ayuda a sentirme mejor por no poder evitar las lágrimas”.

“Llevar a un defensor, ya sea un miembro de la familia, un amigo o una persona a quien se le está pagando, puede ayudar si ellos son más objetivos con la situación y pueden intervenir si usted empieza a molestarse”.

“Siempre tenga presente que durante la reunión tiene el derecho de pedir un receso de cinco minutos para dar una caminata, etc., y así poder tranquilizarse. ¡No hay nada malo en ello!”.

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