8 mitos comunes sobre las dificultades del procesamiento sensorial
Los niños que tienen dificultad para procesar lo que captan sus sentidos suelen ser incomprendidos. Conozca los hechos que refutan mitos comunes acerca de las dificultades del procesamiento sensorial.
De un vistazo
Hoy en día hay más conciencia sobre las dificultades del procesamiento sensorial. Pero también hay mucha confusión. Los niños que tienen dificultades con cosas como las luces brillantes, los ruidos y los olores fuertes suelen ser incomprendidos. Estos son ocho mitos comunes acerca de las dificultades del procesamiento sensorial y los hechos que los desmienten.
Mito #1: Las dificultades del procesamiento sensorial no existen
Hecho: Es cierto que no existe un diagnóstico formal de “dificultades del procesamiento sensorial”. Además, existe un debate entre los términos trastorno del procesamiento sensorial y trastorno de integración sensorial. Pero esto no significa que esas dificultades no sean reales. Los médicos y otros especialistas saben que hay personas a quienes les cuesta procesar la información sensorial. Los terapeutas ocupacionales diseñan planes de tratamiento para las dificultades sensoriales.
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Mito #2: Los niños con dificultades del procesamiento sensorial son sensibles a todo
Hecho: Existen dos tipos de dificultades del procesamiento sensorial. Muchos niños experimentan una mezcla de ambos.
Algunos niños son extremadamente sensibles (o hipersensibles) a la información que captan a través de sus sentidos. Se pueden sentir abrumados por ciertos ruidos o sensaciones y tratan de evitarlos.
Pero los niños también pueden ser poco sensibles (o hiposensibles). Esto causa que busquen más estimulación sensorial. Estos niños podrían mostrar poca o ninguna reacción al calor, al frío, al dolor y a otras sensaciones.
Los niños podrían ser hipersensibles en algunas áreas e hiposensibles en otras. Esto puede dificultar que los padres entiendan los desafíos de sus hijos.
Mito #3: Los niños con dificultades del procesamiento sensorial reaccionan exageradamente
Hecho: Los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial podrían parecer quisquillosos. Podría parecer que se enojan sin motivo. Pero están reaccionando a cosas que tal vez no noten los demás.
Algunos niños se podrían alterar en un restaurante debido a un olor particular. O en un centro comercial por un tipo de sonido. Tal vez se nieguen a usar cierta ropa o a cepillarse el cabello porque les resulta doloroso. En estos niños, tratar de controlar sensaciones determinadas puede conducir a una crisis sensorial o a que se desconecten.
Mito #4: Las dificultades del procesamiento sensorial afectan solamente cinco sentidos
Hecho: Solemos pensar que solamente existen cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto. Pero también existen otros sentidos. El sexto y el séptimo sentidos controlan la conciencia corporal (propiocepción) y el equilibrio y la orientación espacial (sentido vestibular). Los niños que tienen desafíos sensoriales en estas áreas podrían tener dificultades con las habilidades motoras.
También existe un octavo sentido que es menos conocido. Se llama interocepción. Ayuda a entender y sentir lo que ocurre en el interior de nuestro cuerpo. Los niños que tienen problemas con este sentido podrían tener dificultad para interpretar cosas como el dolor o las señales físicas causadas por las emociones (como cuando se acelera el corazón porque sentimos miedo).
Mito #5: Los niños con dificultades del procesamiento sensorial necesitan “ser más fuertes”
Hecho: Los cerebros de estos niños funcionan de manera diferente. Decirle a un niño que “sea más fuerte” no cambiará esto. Los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial pueden necesitar más apoyo o adaptaciones que los ayuden a manejar un mundo que les resulta muy abrumador.
Mito #6: Los niños con dificultades del procesamiento sensorial no tienen autocontrol
Hecho: Las dificultades del procesamiento sensorial pueden dificultar que los niños respondan de la misma manera que otros niños. Esto podría parecer como falta de control. Pero se trata de una respuesta rápida en el momento, no falta de control.
Por ejemplo, un niño que es sensible al ruido podría tratar de alejarse si alguien enciende un secador de pelo. Es el mismo tipo de reacción que usted podría tener cuando retira la mano del fuego para evitar quemarse.
Puede que se tropiecen con otras personas debido a sus desafíos con las habilidades motoras. O puede que choquen contra cosas o jueguen con objetos cuando buscan estímulo sensorial.
Mito #7: Las dificultades del procesamiento sensorial son una forma del trastorno del espectro autista
Hecho: Las dificultades del procesamiento sensorial a veces son un síntoma de autismo. Pero se puede tener dificultades del procesamiento sensorial sin tener el . El autismo y las dificultades del procesamiento sensorial tienen algunos síntomas en común. Algunos niños tienen los dos.
Lea acerca de los problemas de una mamá para determinar si las dificultades sensoriales de su hijo estaban relacionadas con su TDAH, su autismo o ambos.
Mito #8: “Dificultades del procesamiento sensorial” es otra manera de decir TDAH
Hecho: El y las dificultades del procesamiento sensorial tienen algunas cosas en común. En ambos casos se observan dificultad para entender el concepto de espacio personal y sobrecargas sensoriales.
Pero existen diferencias clave entre el TDAH y las dificultades sensoriales. No todos los niños con TDAH tienen dificultades sensoriales. Y no todos los niños con dificultades sensoriales tienen TDAH.
Cuanto más conozca sobre estos desafíos, mejor podrá ayudar a otras personas a que también los entiendan.
Obtenga recomendaciones para hablar con el maestro de su hijo acerca de las dificultades del procesamiento sensorial.
Lea lo que un papá quisiera que otros supieran acerca de criar a un niño con dificultades del procesamiento sensorial.