¿Existen terapias o tratamientos para las dificultades del procesamiento sensorial?
¿Existen terapias o tratamientos para los niños con dificultades del procesamiento sensorial ?
Durante los años de preescolar esto comienza a pasar. Usted nota que su hijo pequeño parece ser muy sensible a los ruidos o a la luz. También es muy, pero muy exigente al elegir la ropa y los zapatos ya que usualmente “raspa mucho” o le “aprieta demasiado”.
Luego, un maestro observa que su hijo es algo torpe comparado con otros niños de su edad. Tiene problemas con las habilidades motoras finas como sostener un lápiz. Y podría ser propenso a tener crisis emocionales o berrinches sin razón aparente.
¿Qué tienen en común estas conductas? Sugieren que su hijo podría tener dificultades para procesar la información sensorial que está recibiendo del mundo que lo rodea. Ser muy sensible a la estimulación o no ser lo suficientemente sensible puede hacerlo sentir muy incómodo, ansioso, distraído o abrumado. Por fortuna, usted puede ayudarlo a que se sienta mejor y evitar una crisis emocional.
Si sospecha que su hijo tiene dificultades del procesamiento sensorial
Usted y su hijo no son los únicos. Un estudio del 2009 sugiere que 1 de cada 6 niños tiene dificultades sensoriales que interfieren en su funcionamiento diario y su aprendizaje. Aunque con frecuencia las dificultades del procesamiento sensorial se observan en niños con autismo, muchos niños que no están en el espectro del autismo también las experimentan.
No hay medicamentos para tratar las dificultades del procesamiento sensorial. Sin embargo, existen terapias y cambios prácticos que usted puede implementar en su hogar y en la escuela para ayudar a su hijo a sentirse y desempeñarse mejor.
Usted querrá descartar otras posibles causas de los síntomas que presenta su hijo. La ansiedad y el también pueden causar que los niños sean inquietos, distraídos y propensos a tener crisis emocionales. Si su hijo también tiene TDAH o ansiedad, estas dificultades deberían ser tratadas por separado ya que podrían dificultar que su hijo maneje sus problemas de procesamiento sensorial. Por ejemplo, si su hijo tiene TDAH y poco control de sus impulsos, podría fácilmente tener una crisis emocional causada por ruidos muy fuertes, luces muy brillantes u otros estímulos que lo abrumen. Si tiene ansiedad, su hijo podría ser propenso a volverse agresivo o a huir (lucha o huída) cuando sus sentidos están muy estimulados.
Ajustes que puede hacer en su hogar y en la escuela
Si su hijo parece excesivamente sensible a la estimulación, usted querrá limitar exponerlo a entornos muy estimulantes como las salas de videojuegos, las fiestas de cumpleaños ruidosas, supermercados, fuegos artificiales, cualquier lugar con luces o ruidos intensos. Cuando tenga que ir a lugares donde crea que su hijo podría tener problemas con los ruidos, él puede utilizar tapones para los oídos que sean suaves y cómodos.
Usted y el maestro de su hijo pueden conversar acerca de los cambios que se podrían implementar para que él se sienta cómodo y capaz de enfocarse en el salón de clases. Por ejemplo:
Asegurarse que su hijo no se siente cerca de lugares ruidosos que lo distraigan
Si fuera posible, eliminar las luces fluorescentes que titilan y los zumbidos de los timbres
Asegurarse que la silla de su hijo sea apropiada para su tamaño, de manera que cuando esté sentado en su escritorio sus pies descansen sobre el piso y sus codos se apoyen sobre el escritorio
Para los niños que necesitan moverse un poco, podría ser útil usar un cojín inflable o un almohada, de modo que pueda moverse y a la vez permanecer sentado
Algunos niños funcionan mejor si se sientan cerca del maestro. Sin embargo, si los ruidos lo distraen con facilidad, su hijo podría voltearse con frecuencia para ver de dónde provienen
Quién puede ayudar
Los terapeutas ocupacionales (OT, por sus siglas en inglés) son los especialistas que trabajan con los niños que tienen dificultades sensoriales. La escuela podría referir a su hijo a un OT, o puede que usted prefiera encontrar uno que tenga consulta privada. Los OT hacen que los niños participen en actividades físicas diseñadas para regular la información captada por sus sentidos y hacerlos sentir más cómodos, seguros y capaces de concentrarse.
No existen estudios científicos sólidos que prueben que el trabajo que los terapeutas ocupacionales hacen con los niños que tienen dificultades del procesamiento sensorial sea eficaz. Sin embargo, muchas familias consideran que las terapias y los ejercicios ayudan a los niños a sentirse y a funcionar mejor. Una madre comentó: “Funciona como un botón de reinicio”.
El Dr. Michael Rosenthal, un pediatra neuropsicólogo en Child Mind Institute, e hijo de un terapeuta ocupacional, lo explica de esta manera: “Está claro que identificar las dificultades sensoriales y trabajar con un OT ayuda a muchos niños a calmarse y estar más controlados”.
Pero dado que todos los niños con dificultades sensoriales son diferentes, y que los terapeutas ocupacionales usualmente no están relacionados con instituciones de investigación, su trabajo clínico no está respaldado científicamente. “Lo que realmente no entendemos es cómo funciona este método y si funciona en todos los chicos que tienen dificultades sensoriales”.
Qué hacen los terapeutas ocupacionales
Evaluación: Cada niño es diferente. Antes de que la terapia comience, el OT evaluará las dificultades sensoriales específicas de su hijo. Para ello utilizará pruebas, observará meticulosamente la conducta de su hijo y hablará con usted y el maestro.
Tratamiento: Los terapeutas ocupacionales realizan actividades dirigidas a que su hijo se sienta más cómodo, seguro y capaz de concentrarse. Hay mucho contacto físico diseñado para proporcionarle la cantidad apropiada de estimulación. Las actividades incluyen rodar pelotas grandes o rebotar sobre ellas, saltar dentro de un área llena de pelotas, lanzarse contra una montaña de almohadas enormes, saltar de un trampolín y girar en un columpio.
Cepillado: Los OT utilizan algo llamado “cepillado”, particularmente en aquellos niños que encuentran irritantes o desagradables sensaciones táctiles que la mayoría de nosotros consideramos “normales”, como caminar descalzos, el roce de la ropa sobre la piel y ser tocado por otra persona. Esta técnica usa un cepillo de cerdas suaves para proveer presión profunda, seguido de compresiones de las articulaciones. Los OT enseñan los ejercicios a los familiares para que puedan repetirlos varias veces al día en la casa.
El gimnasio sensorial: El tratamiento usualmente ocurre en un espacio que cuenta con equipo especializado llamado gimnasio sensorial. El equipo permite que los niños giren, se columpien y choquen contra superficies acolchadas sin hacerse daño. También podría incluir equipo como chalecos lastrados (diseñados con peso) y “máquinas que aprietan”, desarrolladas por el inventor y escritor autista, Temple Grandin, para proporcionar la sensación de presión profunda que tranquiliza a los niños con dificultades del procesamiento sensorial.
La dieta sensorial: El OT también podría diseñar un plan de tratamiento sensorial a la medida de las necesidades de su hijo para que usted lo implemente en su casa. Las actividades están diseñadas para proveer la estimulación que necesita, desde el peso y el contacto que ayuda a su hijo a sentirse más seguro, hasta sabores y temperaturas que estimulan un sentido del gusto poco activo. Lindsey Biel, OT, cuyo libroThe Sensory Smart Child (solamente disponible en inglés) ofrece gran cantidad de información útil para las familias, describe actividades que podrían formar parte de una “dieta sensorial”. Esto incluye:
Masajear sus pies
Utilizar un cepillo de dientes que vibre
Saltar de un mini-trampolín
Ir al parque de juegos
Empujar un carrito de supermercado o un carrito de bebé
Girar
Beber agua fría
Cargar peso al subir escaleras
Comer alimentos crujientes y con textura gomosa
Ayudar a poner la mesa, utilizando las dos manos para llevar y equilibrar la bandeja.
Está funcionando el tratamiento
Existe controversia sobre la eficacia de estos tratamientos porque no han sido estudiados científicamente. Sin embargo, muchas familias dicen que ayudan a los niños a estar más calmados y concentrados.
Una sugerencia excelente para las familias cuyos niños están comenzando tratamiento para las dificultades del procesamiento sensorial proviene de la Academia Americana de Pediatría. Ellos sugieren que colabore con un pediatra para establecer metas y encontrar maneras de medir si el tratamiento está ayudando a su hijo a lograrlas.
Sería buena idea crear una escala de comportamientos para comparar cómo le va a su hijo antes y después del tratamiento. Algunas metas específicas que usted podría querer lograr incluyen la habilidad de concentrarse mejor, mantenerse tranquilo en una habitación ruidosa o tener menos crisis emocionales.