Entender la hiperactividad
De un vistazo
Muchos niños son muy activos, especialmente los más pequeños.
A veces los niños necesitan ayuda para controlar su nivel de actividad.
La hiperactividad no tiene que ver con portarse mal ni con ser indisciplinado.
Hay muchos niños que son muy activos, pero son capaces de controlarse cuando es momento de parar y calmarse. Podrían patear un balón durante un minuto y cinco minutos más tarde sentarse a leer tranquilamente.
Sin embargo, algunos no pueden quedarse quietos. Constantemente están moviéndose, agarrando cosas o hablando o corriendo aunque se les diga que dejen de hacerlo. Va más allá de que sean activos. Los expertos los describirían como hiperactivos.
Los niños no actúan así a propósito. Tienen necesidad de moverse y aún no han desarrollado las habilidades para controlarse.
Algunas personas critican a los niños hiperactivos porque creen que son indisciplinados o rudos. También podrían hacer comentarios desagradables que les causen malestar y vergüenza (a ellos o a usted).
Si su hijo está en constante movimiento, puede que se haga preguntas sobre su comportamiento. Conozca más acerca de la hiperactividad en los niños.
Comportamiento hiperactivo que podría estar viendo
¿Qué es la hiperactividad? Algunos creen que es cuando los niños están corriendo todo el tiempo, pero es mucho más que eso.
La hiperactividad es estar constantemente activo de maneras inapropiadas en un momento o lugar determinado. La gran diferencia es el hecho de que sea constante. Si sucede una o dos veces, nadie le daría mucha importancia.
Estos son varios ejemplos de lo que podrían hacer a menudo los niños hiperactivos:
Correr y gritar cuando juegan, incluso cuando están en un espacio cerrado.
Pararse en clase y caminar mientras el maestro habla.
Moverse con tal rapidez que tropiezan con personas y cosas.
Jugar muy bruscamente y herir accidentalmente a otros niños o a ellos mismos.
La hiperactividad puede evidenciarse de manera diferente dependiendo de la edad y del niño. Estas son algunas conductas que usted podría observar, más allá de correr y saltar:
Pareciera que no para de hablar.
Interrumpe a otros con frecuencia.
Se mueve de un lugar a otro con rapidez y a menudo torpemente.
Continúa moviéndose incluso cuando está sentado.
Tropieza con cosas.
Es inquieto y necesita tocar y jugar con todo.
Tiene dificultad para sentarse a comer y realizar actividades en silencio.
Qué puede causar la hiperactividad
La hiperactividad no es lo mismo que ser muy activo: es constante y no la pueden controlar. Los niños no son hiperactivos por falta de disciplina o porque sean rebeldes. De hecho, los que son demasiado activos suelen querer tranquilizarse para poder ser parte de lo que está ocurriendo a su alrededor. Puede ser muy frustrante tener dificultad para realizar lo que saben que se espera de ellos.
La edad es algo a tener en cuenta. Los niños tardan en desarrollar las habilidades de autorregulación que necesitan para controlar su comportamiento, y no todos se desarrollan a la misma velocidad. Un niño podría tener un buen autocontrol a los 4 años, mientras que otro lo logra cuando tiene 6 años.
Sin embargo, llega un momento en el que la mayoría de los niños en un rango de edad tienen habilidades de autorregulación similares. Es en ese momento cuando se suele evidenciar si los niños tienen algún retraso.
Una de las causas principales de la hiperactividad es el TDAH, una condición común causada por diferencias a nivel del cerebro.
La hiperactividad es un síntoma fundamental del TDAH. El TDAH no desaparece al crecer, pero la hiperactividad a menudo sí, o al menos se vuelve menos extrema. Eso suele ocurrir en la adolescencia. (Lea más acerca de la hiperactividad en los adolescentes).
También existen condiciones médicas, físicas y mentales, que pueden causar hiperactividad. Los problemas de tiroides, la falta de sueño, la ansiedad y los traumas relacionados con situaciones de abuso son algunos de ellos. El inicio de la pubertad también puede causar que los chicos sean hiperactivos.
Cómo ayudar a los niños hiperactivos
Busque patrones de conducta en su hijo. ¿Cuándo es más hiperactivo? ¿Cómo se evidencia su hiperactividad? Por ejemplo, tal vez luzca como intranquilidad, movimientos nerviosos o hablar constantemente. Esos patrones lo ayudarán a ser específico cuando hable con el médico o el maestro de su hijo.
El maestro es una fuente valiosa de información. Hable con él para saber lo que está ocurriendo en el aula y si tiene alguna recomendación que usted pueda probar en casa. Por ejemplo, tal vez permita descansos o que su hijo manipule un objeto durante la clase.
Facilite que su hijo esté activo a través de juegos, deportes, quehaceres domésticos y otras actividades. Puede usar apps que ayuden a los niños a desarrollar autocontrol. (Revise apps para niños pequeños y para adolescentes y preadolescentes).
Si su hijo tiene dificultad para sentarse a hacer la tarea o cenar, antes de empezar permítale que haga una actividad repetitiva durante 10 minutos. Los crucigramas, rompecabezas y juegos de cartas son algunas opciones.
Y si usted cree que su hijo pudiera tener TDAH, hay pasos que puede seguir para averiguarlo. El primero es conocer cuáles son los otros signos del TDAH, y anotar lo que usted está observando.
La hiperactividad puede ser difícil para toda la familia (así como para los maestros). Algo importante que usted puede hacer es ayudar a su hijo a no sentirse mal o avergonzado. Explíquele que la hiperactividad es común y que mejorará con apoyo y el paso del tiempo.
Puntos clave
El TDAH es una causa común de hiperactividad.
Existen muchas maneras de ayudar a los niños a controlar su hiperactividad.
Es importante recordar a los niños que ser hiperactivo no significa que sean “malos”.