Cómo hablar con su hijo sobre problemas sociales y emocionales

De un vistazo

  • Es importante hablar abiertamente sobre los problemas sociales y emocionales.

  • Es posible que los niños sean reacios a hablar, así que mantenga la primera conversación simple.

  • Decirles que usted los escuchará sin juzgarlos facilita que los niños estén más dispuestos a conversar.

Cuando los niños tienen dificultad con las habilidades socioemocionales, puede que sea incómodo hablar de los desafíos que enfrentan. Es importante hablar abiertamente y mostrarles que no hay nada de qué avergonzarse.

Hablar sobre sus dificultades sociales y emocionales les demuestra que a usted le importa cómo se sienten. También ayuda a los niños a entender que pueden tener dificultad con ciertas cosas, pero no con todas.

Averigüe qué puede decir, y cuándo decirlo.

Cuándo hablar con su hijo

No piense que bastará con una sola conversación. La primera conversación es solo el comienzo. Ayudará a que su hijo sepa que usted quiere escucharlo y ayudarlo.

Trate de mantener las cosas simples al principio. A medida que los niños entienden más y sus habilidades cambian, también cambiarán sus conversaciones. De hecho, conversar puede volverse más fácil conforme los niños se conocen mejor y están menos a la defensiva al hablar de temas incómodos.

Qué decir a su hijo

La mayoría de los niños saben si algo les resulta más difícil que a otros niños. Es importante reconocer que pueden sentirse diferentes. Pero también hágales saber que no son los únicos que tienen dificultad para manejar sus emociones y su comportamiento.

De hecho, decirlo en voz alta es una buena manera de iniciar la conversación. Estas son otras cosas que puede decir:

“Sé que esto es difícil para ti y quiero ayudarte”

Los niños que tienen dificultad con las habilidades sociales y emocionales pueden sentirse solos o aislados. Reafírmele a su hijo lo importante que es él para usted.

Dígale cosas como: “Te quiero” y “juntos vamos a buscar soluciones”. (No le diga: “Todo va a estar bien” a menos de que usted esté seguro de que así será. No hay que prometer lo que no se está seguro de poder cumplir).

“Estoy preocupado por…”

Diga lo que le preocupa de manera directa. Los niños necesitan entender por qué usted está preocupado. No deben sentirse culpados, y deben saber que es posible mejorar.

Hable de situaciones específicas. Es mejor decir: “Me preocupa que te hayas enojado tanto cuando tuvimos que irnos de la fiesta de cumpleaños”, que decir algo vago como: “Me preocupa que a veces te enojas mucho”.

"He notado que..."

Si a usted le preocupa el estado de ánimo o la actitud de su hijo, dígalo enfatizando lo que usted ha notado. Evite decir cosas como: “Últimamente te ves siempre muy decaído” o “ya nunca quieres reunirte con tus amigos”. En lugar de eso, diga cosas como:

  • “Te he notado triste y ansioso. ¿Estoy en lo correcto?”.

  • “No te he visto reunirte con tus amigos últimamente. ¿Podemos hablar de eso?”.

“Te creo”

Si a su hijo le molesta algo que a usted no lo molestaría, sigue siendo real para él. No ayuda decirles a los niños que "lo superen" o que "no deberían sentirse así" cuando están molestos.

En su lugar, anímelos a ser abiertos acerca de sus miedos. Dígales que les cree y trate de responder con empatía.

“Dime qué piensas”

Cuando hable con su hijo sobre sus dificultades, escuche antes de hablar. Si inmediatamente le da un consejo puede que ponga fin a la conversación.

Una vez que su hijo le cuente lo que piensa, puede aconsejarlo o darle sugerencias. Ayúdelo a identificar el problema específico repitiendo lo que usted escuchó.

“Pensemos en soluciones”

Haga preguntas como: “¿Qué podrías hacer en situaciones como esta?”. Siga con preguntas como: “¿Qué crees que pasaría si pruebas eso?”. Si su hijo no sabe qué contestar, dígale qué piensa usted que podría ocurrir o cómo lo manejaría.

Después de discutir las posibles soluciones, pídale que elija la que es más probable que resuelva el problema. Tenga presente que es la elección de su hijo, no la suya.


Puede ser difícil hablar con los niños sobre sus dificultades sociales y emocionales. Pero es importante. Puede que los ayude a sentirse más unidos y a mostrarles que no hay nada de qué avergonzarse.

Conozca los tipos de ayuda emocional disponibles para su hijo y averigüe cuándo es el momento de buscar esa ayuda.

Puntos clave

  • Sea específico sobre sus inquietudes y lo que ha observado.

  • Escuche antes de ofrecer soluciones, y asegúrele a su hijo que entiende que es importante.

  • Si usted tiene dificultad para mantener la calma cuando su hijo se enfurece, practique ejercicios de respiración.

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