Consejos sobre el TDAH de mis años en la universidad

Salir adelante en la universidad no fue fácil para mí. Tener TDAH significó que tuve que ser creativa para hallar la manera de estar al día. Pero lo logré, acabé mis estudios universitarios y obtuve una maestría en consejería.

Cuando recuerdo mis años en la universidad, en ocasiones deseo que alguien me hubiera dado unos cuantos consejos sobre cómo hacer las cosas un poco más fáciles. Así que ahora que ahora que estoy del otro lado, me gustaría transmitir mi conocimiento a los jóvenes con TDAH que asisten o se preparan para la universidad.

Consejo #1: ¿Son suficientes cuatro alarmas? Probablemente no, pero úselas de todas maneras.

Sí, esas alarmas para despertarse molestarán a su compañero de habitación. Pero eso puede ser beneficioso si esa persona lo despierta a usted para pedirle que las apague.

Si molestar a un compañero de habitación no es una opción, intente poner el despertador lejos de su cama para que tenga que levantarse a apagarlo. Mientras mayor sea la distancia entre usted y la alarma, más probable será que se despierte.

Consejo #2: En realidad no importa lo que lleve puesto mientras llegue a tiempo.

Si está retrasada, no pierda tiempo buscando qué ponerse. La universidad es uno de los pocos lugares donde usar pijamas en público está 100% bien. Tome ventaja de ello. No solo será más probable que llege a tiempo, sino que seguramente no será la única con un atuendo tan informal.

Consejo #3: ¡Coma algo!

Algunos días hay tiempo para acudir al comedor. Otros días está corriendo por el patio en pantuflas sin tiempo que perder. En esas mañanas o cuando en el comedor están sirviendo algo realmente asqueroso, asegúrese de tener a mano refrigerios saludables. Mantener estable su nivel de azúcar en la sangre la ayuda a mantenerse concentrada y a poner atención.

Consejo #4: Encuentre su lugar favorito para estudiar.

A mis amigos les gusta tener sus atiborradas sesiones afuera debajo de los árboles. Hermoso, pero no era para mí. Hay demasiadas distracciones.

En cambio, yo estudio en salones vacíos y utilizo una aplicación (app) de ruido blanco y audífonos para que me ayuden a concentrarme. También puede que hubiese comido muchas golosinas.

Consejo #5: La carpeta es mejor que el cuaderno.

En bachillerato tenía el hábito de meter papeles importantes dentro de los cuadernos y solo lograba que se esfumaran. Meses después eran bolas arrugadas al fondo de mi mochila.

En la universidad, finalmente me cambié a las carpetas. Tener todo lo que necesitaba en un solo lugar fue una revelación. Tenía una carpeta para cada curso. El programa, los apuntes, cada nueva tarea, los ensayos que ya habían sido calificados y el material impreso que había sido entregado en la clase, todo junto en un paquete ordenado. De repente, dejé de perder cosas y cuando venía la época de los exámenes ya contaba con una guía lista para estudiar. Tener carpetas te hace muuuuuy popular durante los exámenes finales.

Consejo #6: Cuando empiece a retrasarse, no se esconda.

Cuando era joven y comenzaba a retrasarme en la escuela, intentaba ocultarlo. Apenada conmigo misma, no iba a las clases y ponía excusas en lugar de pedir ayuda. Tenía la ventaja de tener padres y maestros que me observaban y que hicieron lo mejor para evitar que me retrasara demasiado.

En la universidad, ocultarse es mucho más fácil. Nadie te llama a casa cuando dejas de asistir a una clase o repruebas un examen. Al principio eso me parecía un sueño, pero mientras me hundía cada vez más en un agujero profundo, lentamente me di cuenta que sin ayuda no lo iba a lograr. Era complicado pedir ayuda, pero una vez que lo hice las cosas cambiaron.

Consejo #7: Consiga amigos con… TDAH.

Cuando revelé mi TDAH, para mi sorpresa descubrí que no estaba sola. Cuando conté mi historia descubrí que tenía otros amigos con TDAH.

Fue un gran alivio poder hablar y hacer bromas sobre aprender de manera diferente. Nos convertimos en un equipo que nos ayudábamos llamándonos para despertarnos, haciendo la tarea en grupo y siendo comprensivos y apiadándonos los unos de ls otros toda la noche. Además, tengo que decirle que no hay nadie más entusiasmado en ayudarlo con su tarea que alguien que está posponiendo la suya.

Consejo #8: Si al principio no tiene éxito… no se preocupe.

De veras. Le prometo que está bien.

Si dejó de hacer alguna tarea o reprobó un examen, no se castigue. En lugar de eso, intente hablar con su maestro o profesor sobre lo que salió mal. Pregúntele lo que pueda hacer para ponerse al día. Consiga amigos para que estudien juntos. Hable con su asesor y póngase en contacto con la oficina de servicios para incapacitados de la universidad.

Además de los pijamas y refrigerios, lo mejor para tener éxito en la universidad y en la vida que le toca por delante es hablar de lo que necesita y ser perseverante.

¡Ah! y consiga un organizador de baño. Son fabulosos.

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