Los niños suelen sentir vergüenza cuando fallan en algo.
El fracaso puede ser una oportunidad para crecer.
Hay maneras de que los niños vean logros incluso cuando fallan.
Cuando a los niños les va mal en exámenes, proyectos o actividades, pueden que lo vean como un fracaso. Y si esto ocurre con frecuencia, pueden verse a sí mismos como un fracaso. Esto es particularmente cierto en los niños con diferencias del aprendizaje o TDAH, quienes experimentan contratiempos a menudo.
Sin embargo, hay maneras de que los niños tengan una sensación de logro, incluso cuando fallan o algo no les sale bien. Todo depende de cómo perciban y respondan a los resultados negativos, tanto en el momento como en el futuro.
Los niños suelen sentir vergüenza cuando fracasan en algo, en lugar de pensar en lo que salió bien y lo que salió mal. El fracaso es en realidad una oportunidad de crecimiento y superación. Si lo ven de esa manera y adoptan una actitud positiva, podrán ver el lado positivo de su “fracaso”.
Estas son algunas de las victorias que pueden resultar de un fracaso:
Intentar estrategias nuevas.
Aprender sobre ellos mismos.
Asumir riesgos.
Ver fortalezas y desafíos.
Abogar por sí mismos.
Desarrollar una mentalidad de crecimiento.
Los niños suelen necesitar ayuda para ver estos aspectos positivos y reconocer su importancia.
Cuando los adultos en sus vidas destacan y celebran lo positivo, pueden ayudar a cambiar la manera en que los niños se sienten sobre sí mismos y su potencial.
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Dar elogios efectivos
Dar el elogio apropiado puede ayudar a los niños a centrarse en los logros pequeños, incluso cuando el resultado general no es bueno. El elogio más efectivo se enfoca en los esfuerzos del niño, no en el resultado. Ese reconocimiento puede significar un gran refuerzo de su autoestima y motivación.
Elogiar el esfuerzo en lugar de los resultados también ayuda a los niños a pensar en lo que valoran, más allá de una buena calificación o ganar un juego.
Cuando los niños tienen una mentalidad de crecimiento, creen que sus habilidades pueden mejorar con trabajo y apoyo. No se quedan atascados en el nivel o la habilidad que tienen en ese momento, incluso si fallan. Los niños con una mentalidad de crecimiento tienen la motivación para seguir intentándolo.
Lo contrario es una mentalidad fija. Cuando los niños fracasan o enfrentan desafíos, creen que están atrapados donde están y que no pueden mejorar.
Padres, cuidadores y maestros pueden ayudar a los niños a desarrollar una mentalidad de crecimiento para que los contratiempos no definan quiénes son ni les impidan seguir intentándolo.
Los niños podrían pensar que pedir ayuda es una señal de debilidad, especialmente cuando no les fue bien en algo. Puede que piensen que pedir ayuda los hace parecer aún más "fracasados". No obstante, que aboguen por sus necesidades cuando las cosas no van bien es un logro que se debe celebrar.
Los niños pueden dar un paso pequeño pero importante al decirles a sus maestros que no entienden una pregunta del examen. Pedir que los ayuden a comprender un concepto puede empoderarlos aún más.
Es posible que los niños hablen de sus desafíos y se atrevan a preguntar o pedir ayuda cuando la necesitan. Cuando lo hagan, asegúrese de responder con comentarios positivos para que reconozcan la importancia de abogar por ellos mismos cuando las cosas salen mal.